La experiencia de inmersión total en la naturaleza no la viviréis solo en el paisaje que rodea el Hotel Puntagrande, la sentiréis incluso dentro de vuestra habitación.
El Hotel más pequeño del mundo dispone, en efecto, de cuatro habitaciones únicas, todas asomadas directamente al océano Atlántico y todas construidas con piedras lávicas. Respiraréis el purísimo aire del océano, rico de iones y de yodo, lejanos de cualquier asentamiento industrial y observaréis de manera dulce la presencia del mar que mece nuestro pequeño hotel.